La población envejece, las familias se achican y la natalidad cae. ¿Cómo afecta esto al negocio inmobiliario?
Ya no basta con ubicar proyectos y construir. Hay que repensar qué, cómo, y para quién.
En este análisis detallado, te presento cifras clave y recomendaciones estratégicas si sos desarrollador o inversionista en real estate en América Latina (y Costa Rica).
Spoiler: Quien no adapte su portafolio al nuevo consumidor inmobiliario, pierde participación de mercado.
1. El desplome de la tasa de natalidad es global y estructural
Según el Banco Mundial, la tasa de fertilidad global pasó de 5 hijos por mujer en 1960 a 2.3 en 2022, muy cerca del nivel de reemplazo poblacional (2.1).
América Latina registró una caída pronunciada:
Costa Rica bajó de 3.5 hijos por mujer en 1985 a 1.4 en 2024 (INEC).
Chile, Uruguay y Brasil presentan tasas entre 1.3 y 1.6.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que para 2050, el 25% de la población de América Latina será mayor de 60 años.
2. Cambia el modelo de familia
Según CEPAL y ONU-Hábitat, en América Latina el 49% de los hogares ya no son tradicionales (padres con hijos).
Se consolida la tendencia de hogares unipersonales, parejas sin hijos, adultos mayores solos o grupos intergeneracionales (abuelos, nietos).
En Costa Rica, el INEC señala que el 35% de los hogares en 2023 eran unipersonales o de pareja sin hijos, cifra que sigue creciendo.
1. Proyectos sobredimensionados
Muchos desarrollos siguen anclados a un modelo de vivienda para "familia tipo" de 3-4 personas, pero la demanda real hoy está virando hacia unidades más pequeñas y viviendas más adaptables. Según el Informe Anual del CFIA (2023):
Solo el 42% de los permisos de construcción solicitados fueron para viviendas menores a 80 m².
Mientras tanto, la demanda efectiva de vivienda nueva se concentra en proyectos entre 40 y 70 m², especialmente en núcleos urbanos.
2. Inversiones inmobiliarias mal enfocadas
Invertir en segmentos de vivienda que no se ajustan al cambio poblacional implica mayor riesgo de vacancia, baja rotación y lenta valorización.
El modelo clásico de "vivienda para familias grandes en suburbios" pierde valor relativo, mientras ganan los productos urbanos, compactos, y con servicios compartidos (co-living, senior living, multifamily compacto).
Segmentos con mayor potencial en los próximos 10-20 años
Hogares unipersonales y parejas sin hijos
Proyectos tipo estudio, 1D-1B, microapartamentos con áreas comunes atractivas.
Ubicaciones urbanas o semirurales con buen internet y servicios.
Senior living y vivienda asistida
Costa Rica tendrá más de 1 millón de adultos mayores en 2040 (INEC).
Faltan soluciones que combinen vivienda, servicios médicos, recreativos y de seguridad.
Vivienda flexible y modular
Unidades que puedan reconvertirse o unirse/desunirse según las etapas del ciclo de vida.
Coliving o multifamily para adultos
Ideal para profesionales jóvenes, solteros o divorciados. Menor m², pero mayor rentabilidad por espacio.
Vivienda intergeneracional
Modelos donde se integran abuelos, hijos y nietos, pero con independencia funcional.
El mercado inmobiliario costarricense aún está rezagado en la oferta para este nuevo perfil demográfico.
Solo un 18% de los nuevos proyectos residenciales cumplen con estándares de accesibilidad universal (CFIA, 2023).
En zonas como Escazú, Santa Ana y Heredia, el precio por m² ha subido un 22% en los últimos tres años, pero la absorción es más rápida en unidades de 1-2 habitaciones.
Conclusión para desarrolladores:
El mercado está diciendo algo claro: no estamos construyendo para quienes realmente van a vivir en esas casas.
Adaptar el producto inmobiliario al nuevo ciclo demográfico no es una tendencia: es una necesidad estructural.
Revisa tus planos, unidades modelo, amenities y mix de producto.
Incorpora análisis demográfico en tu estudio de mercado.
Desarrollar sin leer los datos es como construir sin planos.
Conclusión para inversionistas:
Invertir sin tener en cuenta los cambios demográficos es como manejar con los ojos vendados.
Los proyectos más resilientes del futuro serán los que:
Se anticipen al nuevo tipo de hogar.
Ofrezcan soluciones más pequeñas, funcionales y rentables.
Estén alineados con los ciclos de vida reales de los consumidores.
En este escenario, los activos mejor posicionados no serán los más grandes, sino los más adaptables.
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